El enfoque de base es la corriente cognitivo-conductual. Lo cognitivo hace referencia al pensamiento. Se trata de analizar el esquema mental y el tipo de pensamientos habituales que provocan malestar para trabajar en una reestructuración de dichos pensamientos en busca de otros más reales y sanos. Lo conductual se refiere a las conductas aprendidas perjudiciales que se pueden sustituir por hábitos de conducta más saludables.
Pero concebimos al ser humano como un ser mucho más complejo que sus “simples” pensamiento y conductas. Lo consideramos en todos sus niveles, un “todo”: físico, mental, emocional y espiritual. Por eso el tratamiento es integral y trabajamos también a nivel corporal (movimiento y relajación), emocional e incluso energético (reiki y masaje metamórfico), como complemento de la terapia psicológica.
Una metodología ecléctica adaptada a cada caso concreto para encontrar y potenciar los recursos que a cada persona le puedan ayudar a sostenerse por si misma.
El Tibetano